
Por Alejandra Cabrera Germain*
Nos falta CECILIA. Ella es una nueva víctima no solo de la violencia machista sino de la manipulación política en una provincia pobre, feudo regido por el eterno dirigente del Partido Justicialista, Jorge Capitanich. Nos falta Cecilia y además de escuchar el triste reclamo de su madre, quien sólo reclama el cuerpo de su hija para despedirse, somos testigos de las amenazas que toda la familia ha recibido en las últimas horas por convocar a la multitudinaria marcha que anoche inundó las calles de Resistencia gritando una vez más NI UNA MENOS.
Desde el Observatorio de Género y Diversidad del Instituto Moisés Lebensohn venimos, desde hace años, denunciando las terribles falencias en la implementación de la Ley 26485 que protege a todas las mujeres de la violencia en todos los ámbitos en los que se desarrollen, ya sea la familia, el trabajo, los medios de comunicación, la actividad política o sindical. La ley está, pero no se aplica o se aplica en forma sesgada plagada de prejuicios de género y siempre preguntado por la vida de la víctima.
Venimos exigiendo, en cada oportunidad, que se apliquen políticas públicas eficientes, que se construyan lazos con las distintas organizaciones de la sociedad civil de cada uno de los lugares donde las mujeres se organizan para protegerse. Venimos denunciando que no existen estadísticas serias desde el Estado, que sirvan para dimensionar lo terrible del flagelo de la violencia contra las mujeres. CECILIA somos todas, sin distinciones políticas, ni de raza, ni de poder adquisitivo, su muerte además desnuda la vergonzosa relación de silencio entre el poder político y los organismos que deben intervenir, prevenir, denunciar y acompañar a las víctimas y a sus familias.

CECILIA murió y hay un insoportable y sospechoso silencio de los organismos provinciales y nacionales. Por eso, nosotras levantamos una vez más la voz porque seguimos siendo la voz de las ausentes, porque seguimos exigiendo que nuestras hermanas, amigas, hijas y madres vuelvan vivas a sus casas.
Hoy, desde el Observatorio volvemos a alzar la voz, para denunciar la injusticia a lo largo de todo el país, la violencia que no cesa contra las mujeres, la violencia indirecta contra sus familias, la falta de políticas públicas, la falta de estadísticas, la falta de presupuesto para socorrer a las víctimas, la falta de rapidez en las respuestas judiciales. Hoy gritamos que NOS FALTA CECILIA.
*Alejandra Cabrera Germain es abogada egresada de la Universidad Nacional del Litoral. Docente universitaria. Miembro del Observatorio de Género y Diversidad del Lebensohn. Es abogada de familia y violencia de género.